Casilda se casa

La boda de Sara Fernández Castro en Pontevedra

Sara es jefa de moda de Vogue, la tengo sentada detrás en la oficina y por eso viví su boda muy de cerca y me hace mucha ilusión publicarla. A Sara le encanta la Navidad y más desde que es madre, volver a Pontevedra en esas fechas no lo cambia por nada del mundo. Por eso, decidió casarse el pasado 28 de diciembre allí. «Me pareció un día de lo más bonito y entrañable» contaba. Más que como una boda, estuvo concebida como una reunión familiar «con algo que celebrar».

Tenía clarísimo que quería celebrarlo en un piso antiguo de su familia en el casco antiguo de Pontevedra, para darle un carácter cercano. También que la decoración fuese en tonos claros y con rosas ramificadas alejándose del clásico concepto de decoración navideña. Le ayudaron su madre, dueña de la tienda de decoración La Nueva Moderna y sus hermanas Bea de Fashionistas y Patricia de la tienda Indietro. Sus amigas estuvieron el día antes ayudando a prepararlo todo, «eso fue lo que más me gustó», recuerda Sara.

La idea de la decoración era sacar de contexto los diferentes elementos: campanas de cristal, mariposas, pan, bolas de cristal…»Tenía clarísimo que no quería ni una bandeja de pizarra ni colores estridentes».

El look de la novia era sencillísimo pero estaba muy guapa. Llevó un vestido de Carmen March para Pedro del Hierro Madrid (esa firma maravillosa que desapareció tiempo después) con unas sandalias de CH. Como abrigo una manta de Ezcaray.

De joyas solo llevó el anillo Oui de Dior que le regaló hace ya muchos años David. «Un par de semanas antes de nuestra boda estábamos sentados viendo una película un sábado por la noche, desapareció y apareció con una cajita y se puso de rodillas, a mí me dio la risa la verdad», recuerda Sara. Le regaló una sortija fina de oro rosa y brillantes de Mónica Vinader.

Sus hijas, llevaron vestidos de seda y abrigos de lana de Masscob, bailarinas de Belle Chiara y coronas de flores de Imbloomsi.

El ramo era muy original con una hortensia negra de Inbloom.

Sara quiso que la comida del cátering Solla la sirvieran en las vajillas antiguas inglesas y piezas de plata de su abuela «se que le hubiese hecho mucha ilusión. Con la edad me he vuelto una loca de la porcelana, la plata y los manteles de lino».

Sara tenía muy claro que quería nacked cakes de postre. Las encargó en Mis galletas y otras cosas.

Las fotos son de Fluxus.