La boda de Alicia y Jorge en Mallorca
Se conocieron en Cala D’Or, Mallorca, durante el verano de covid. Él veraneaba allí y ella llevaba toda la vida yendo a casa de su mejor amiga, pero nunca se habían cruzado porque él era del grupo de los mayores. «Desde el primer día que empezamos a salir hablábamos de nuestra boda y siempre supimos que queríamos casarnos en Mallorca».
«Para el vestido confié en Claudia Llagostera. Tenía claro que quería un vestido elegante y clásico, pero adaptado a mi personalidad, más bohemia y campestre. Hicimos un híbrido estilo Bridgerton con seda salvaje y bordados de flores y ramitas». Llevaba un velo de seda salvaje, que combinaba perfecto con el peinado que le hizo Francesca Moreno.
«Llevé un anillo de mi abuela como “algo azul” y los pendientes de Paulet».
Los zapatos eran de Valentino.
«Mi ramo fue muy especial: flores de papel maché pintadas a mano, con pistilos grandes y ramas secas del primer ramo que me regaló Jorge».
Jorge llevaba un chaqué a medida en príncipe de Gales gris de Suitz. Los zapatos eran de Crocket & Jones, regalo de sus testigos.
«Llevó el reloj de su abuelo materno y, además, su padre llevó el reloj de su abuelo paterno para tenerlos presentes ese día tan importante. Los gemelos eran antiguos de su tía».
La ceremonia fue en la Iglesia de Santa Eulalia, la primera catedral de Palma. «Tuvimos dudas al principio si queríamos una iglesia grande o una capilla pequeña en el campo con sillas fuera, pero la lista de invitados iba por 460, así que tenía que ser una iglesia muy grande».
La boda se celebró en Comassema, una finca en mitad de la Tramontana. «Cada rincón era distinto y precioso, con un aire campestre pero señorial que combinaba perfecto con mi vestido».
«Contamos con boleros de Valldemosa, que recibieron a los invitados a su llegada»
«Tengo un estudio de interiorismo, y la decoración era algo que no podía ser indiferente. Lo más importante son los detalles, es lo que te diferencia. Quería que la temática fuese mallorquina, para las flores opté por algo silvestre y natural. En los centros pusimos ramas verdes con paniculata, naranjas, limones y pomelos».
El catering fue Amida.
«Las wedding planner fueron Claudia y Laura de Wedding More, que también trabajaban en Amida y nos facilitaron muchísimo todo el proceso».
«Los meseros y menú los hizo Paloma Garabato una amiga que es una artista y quedaron espectaculares, todos los meseros eran como un cuento de nuestro veraneo en Mallorca, le pedí que copiara a su manera fotos nuestras por toda la isla».
La tarta fue una ensaimada gigante.
«Contratamos una banda y un DJ locales a través de Tremola Producciones».
«Para la fotografía contamos con Isabella Stories (Elisabeth Salcedo), también de Mallorca. Un acierto total, lo dio todo en la boda, estaba casi más emocionada que nosotros».
«Del vídeo se encargó Guillem Sastre, quien entendió perfectamente nuestra idea».