Casilda se casa

La boda de Ana y Juan Carlos en las Bodegas Barbadillo

Tenía ganas de publicar una boda de Retrato de un Instante y Paco me envió estas fotos hace un par de días de la boda de Ana y Juan Carlos. Me recordó lo que sigue representando la sencilla mirada de este fotógrafo que nunca ha ido de la mano con lo fingido o lo ficticio: cuenta historias y lo hace a su manera.

«Juan Carlos y yo nos conocimos hace tres años en unas copas que organizaron sus compañeros de piso en Madrid», empieza contándome Ana, la novia. «Por aquel entonces, él compartía piso con dos amigos. Cuando llegó a casa, no sabía nada de las copas y se enfadó, pero al final se puso un gin tonic. Estuvimos hablando toda la noche y empezamos a quedar desde esa misma semana».

Nos casamos el sábado 16 de septiembre de 2023. La papelería la hizo Bego Ruiz Caligrafía.

El vestido lo diseñó Marcela Mansergas. «Marcela me encantó desde el primer día. Yo no tenía nada claro cómo quería que fuera mi vestido pero poco a poco fuimos modificando los bocetos hasta que dimos con una idea que nos encantó a las dos».

Del maquillaje y peinado se encargó Amparo Sánchez. «No me suelo maquillar mucho y no me quería ver “disfrazada”, y sinceramente, nunca me he visto más favorecida. También maquilló a mi madre y a mi hermana. Es encantadora y me transmitió mucha calma la mañana de la boda, estuvimos muy a gusto».

«Llevé solamente el anillo que me regaló Juan Carlos cuando me pidió que me casara con él, y los pendientes que me regalaron sus padres en la pedida». Las joyas eran de inspiración antigua y estilo Art Decó.

Los zapatos se los regaló su hermana, y eran de Flor de Asoka. «Para el baile, mis amigas me regalaron unas sandalias maravillosas, muy sencillas y en color crudo de Saint Laurent».

«El velo era de seda no violenta, una maravilla de tejido, me encantó desde el momento que me lo enseñó y no le añadimos nada más. No sabía si entrar a la iglesia velada o no, y lo decidí esa misma mañana, una vez me vi maquillada y peinada».

«Mi ramo y los que dí llevaban una medalla de la Virgen de Covadonga». El ramo lo hizo Florenea. «Les mandé varias cosas de inspiración y directamente vi el ramo la misma mañana de la boda, porque me fié totalmente de ellos. No me pudo gustar más», añadió.

La wedding planner fue Alejandra, de My Sister A. «Nos ayudó muchísimo desde el principio, es súper resolutiva, con muy buen gusto y una sonrisa siempre. ¡No sé qué hubiera hecho sin ellas!», recuerda.

El novio iba con chaqué clásico y chaleco de lino hecho a medida de Tom Black y una corbata verde de Hermès

«Yo soy asturiana y siempre había pensado casarme en Gijón, pero las Bodegas Barbadillo (Sanlúcar de Barrameda) son de la familia de Juan Carlos, y la verdad es que es un sitio tan especial y con tanto significado para nosotros, que decidimos casarnos allí».

«El sitting plan estaba hecho con botellas de vino de las Bodegas. Cada mesa llevaba el nombre de un vino y estaba decorada con muchas flores».

De la decoración y las flores también se encargó Florenea. «A mí me encantan las flores y desde el principio supe que quería hacer algo especial, con mucho color y variedad, así que no dudé en encargárselo a ellos. La mesa presidencial era un espectáculo».

Eligieron a Bodegas Campos para el catering. «Nos trataron genial desde el principio, fueron muy flexibles para todos los cambios que quisimos hacer, y el aperitivo y la comida estaban riquísimos. Mercedes, quien se encargó de coordinar todo, nos ayudó y aconsejó un montón».

Todos los vinos eran de las Bodegas Barbadillo. «La manzanilla no podía faltar y en el aperitivo se sirvieron distintos vinos de Jerez».

El DJ fue Quike AV. «La verdad es que Quike es de lo mejor que yo he visto, nos montó un escenario impresionante e hizo que fuera una fiesta divertidísima».

Para la fotografía escogieron Retrato de un instante. «Tienen un equipo increíble y conseguimos unas fotos muy naturales que era lo que nosotros buscábamos».