La boda de Paula y Marc en Madrid

Para el maquillaje y peluquería Paula tuvo la ayuda de Adrián Rux y Crisanto Blanco. «No les conocía pero me los recomendaron y fue un acierto total», me cuenta.

Para el pelo quería un recogido que diera todo el protagonismo al vestido. «No quería verme disfrazada. Así que la mejor opción era un recogido despeinado como cuando te haces un moño rápido en tu casa. Eso sí, con mucho más trabajo detrás para que estuviese perfecto» me explica.

Paula eligió Castellar Granados porque «vi que hacía novias diferentes, un poco menos clásicas  y con un estilo más versátil. Ningún vestido era igual que otro».

Lo único que tenía claro era que quería dos vestidos, porque necesitaba que el segundo fuera más cómodo para bailar. El primero «tenía mucha tela, mangas muy grandes y volantes asimétricos que le da un punto “oversize”, pero con movimiento. Algo totalmente diferente a lo que había visto hasta ahora».

Para acompañar el vestido utilizó unos pendientes daga de Gold&roses, pulseras Love de Cartier que le regaló Marc y el anillo solitario de Cartier con el que le pidió matrimonio.

«En cuanto vi en el desfile de LOEWE los zapatos blancos con el huevo, me enamoré y decidí que quería casarme con ellos. Pensé que le darían un toque muy especial al vestido que llevase. Aunque dentro de mi familia tuve algunos haters….» se ríe.

La madre de la novia le recomendó que escogiera una segunda opción más cómoda. «Así es como llegaron los Bottega Veneta que más adelante llevaría con mi segundo vestido. No eran una opción nada cómoda, pero eran maravillosos y quizás más apropiados para el segundo vestido» me confiesa.

Elisabeth Blumen fue quien diseñó el ramo de la novia. Fue la florista de LOEWE y la novia la conocía personalmente por haber trabajado con ella. «Le dije las flores que prefería evitar, los colores que no quería y más o menos el tamaño. El resto fue todo obra suya. No vi mi ramo hasta el día de la boda cuando me lo entregó. Sabía que iba a ser perfecto si lo hacía ella, y así fue»

Se casaron en la iglesia del Monasterio de Santa María La Real de Valdeiglesias, donde fue el resto del emplazamiento.

Para la ceremonia tocaron Pablo Prieto y su equipo. «Fueron increíbles y nos emocionaron a todos. No dejaría nunca de recomendarlos» me dice la novia.

Para el cóctel, los novios contaron con Doctor Bogarde que tocaron piezas de jazz y soul. «Fueron muy guays y la gente nos preguntó mucho por ellos» me dice.

De todo el montaje y producción se encargó Orca Events. Un equipo top que descubrió el sitio a los novios y dirigió todo el montaje. La decoración florar la hizo también Elisabeth Blumen, y por supuesto no faltaron velas y perfumes de LOEWE.

Del mobiliario de la cena se encargó Options. Los manteles los hicieron a medida para las mesas y, al terminar, se los quedaron para el recuerdo: «La idea es cortarlos en tamaño práctico y repartirlos a algunos de nuestros familiares y amigos».

Durante todo el proceso estuvieron acompañados por Taller Silvestre, que se encargaron de las invitaciones, los meseros, los libro de firmas y las minutas para las mesas: «Son las mejores. Trabajan con una delicadeza, buen gusto y atención por los detalles brutal. Consiguieron el papel de algodón de Inglaterra y prensaron todo a mano con una flor distinta». De la caligrafía se encargó Gloria Iberlucea.

Del cátering se encargó La Blonda: «Para nosotros los mejores. Todo el mundo nos dijo lo riquísimo que estaba todo. ¡La tarta árabe triunfó!».

La novia tuvo un segundo cambio de vestido. En esta ocasión, Paula le quiso dar un toque más personal añadiéndole unas mangas y tirantes vintage. «Fue un acierto. Estoy súper contenta con mis dos vestidos».

Para la fiesta contaron con Dj Ardiya y Dj Julio Zerpa: «Lo dieron todo y cerramos el chiringuito a las 8 de la mañana».

La novia me ha querido hacer una mención especial a Premium Mixes, que se encargaron de la barra y del puesto de coctelería. «Es un equipo brutal y trabajan increíble», dice.

Fotografía de Dos más en la mesa.

Video por Les vaques.