La boda (covid) de mi hermano: el chaqué
Estoy terminando el post sobre la boda Covid de mi hermano, donde os contaré la suerte que tuvimos al rodearnos de proveedores profesionales, creativos y muy resolutivos. Uno de ellos fue Borja Martín, Director de Sastrería de Scalpers, que se encargó de diseñar y crear el chaqué que llevó mi hermano y al que le estaremos eternamente agradecidos por su cariño y buen hacer.
Borja lleva desde los 17 años en el mundo de la sastrería y llegó a Scalpers en los comienzos de la firma (2008). Desde entonces, ha estado centrado «en conseguir una sastrería de referencia en el mercado nacional e internacional», asegura. «Lo más bonito de mi trabajo es que jamás terminas de aprender; siempre surgen nuevos retos, tejidos, peticiones concretas, lesiones, particularidades, complexiones… es una fuente inagotable».
Aprovechando su experiencia, le hice algunas preguntas pensando en aquellos futuros novios, que siempre son los grandes olvidados, para que se den cuenta de lo fácil y bonito que es este proceso:
– ¿Con cuánta antelación debe ir un novio a visitaros? «Recomendamos siempre iniciar el proceso de toma de medidas y selección de tejidos dos meses antes del deadline», afirma Borja.
Cuando se trabaja una pieza que sea para un día concreto, «nos gusta aproximarnos a la entrega por si se produce en el cliente alguna variante de peso». Después de tantos años, en Scalpers han observado que, por diversos factores como nervios; falta de tiempo para entrenar; estrés; dietas… muchos novios varían en volumen desde la primera toma de medidas hasta que entregan la prenda. «Es una prenda que debe estar impecable para ese día tan especial y ponemos todo nuestro esfuerzo en los talleres para que así sea».
– ¿Entre qué precios oscilan los chaqués? Siempre depende del tejido ya que Borja ha luchado «para disponer en nuestras sastrerías de un abanico inmenso»: Desde paños más básicos a paños mucho más sofisticados; lanas desde 120’s hasta 200’s; tejidos ingleses italianos o franceses; vicuñas; sedas Dupioni; alpacas; visones; chinchillas; fibras naturales; tejidos con polvo de diamante o polvo de lapislázuli… Y así se amoldan al presupuesto de cualquier cliente, «todo el mundo tiene cabida en la Sastrería de Scalpers».
En camisería, el producto arranca en un precio de 160€ hasta 650€. «Todas nuestras camisas llevan costuras francesas; sisas cerradas a mano; mosca (tapa costuras laterales) con costura invisible a mano; sardinetas inglesas; botones de madre perla; y con iniciales a mano».
En cuanto a los chaqués, solo hay un modelo y el rango de precios final va desde 1.350€ hasta 40.350€. Por lo tanto, «la persona que necesite una pieza hiper especial o la que necesite una pieza para disfrutar en la boda de un amigo, estoy seguro de que éste es su sitio», afirma Borja.
– ¿Cómo fue el proceso de la boda de mi hermano? «Recuerdo a Fernando con su habitual frase: «vamos, equipo», ¡qué gran persona!», afirma Borja. Al ser una boda de invierno, dejamos de lado los coloridos chalecos de lino y los Hopsack. «Como es costumbre, escuchamos al cliente y siempre me gusta hacerle entender que estamos haciendo una pieza exclusiva para él».
Para la camisa, eligieron un tejido Non Iron en un Pint Point Celeste que se arruga un 60% menos que el algodón normal y son algodón 100%, lo que permite la transpirabilidad total sin tener que acudir a las fibras sintéticas.»Como sello de identidad muy nuestro, me encanta emplear en el cuello un tejido en contraste blanco, pero a Fernando le parecía demasiado atrevido».
Como tejido para el chaqué, escogieron la espiga gris vigoré en 140’s de dos cabos por dos cabos, 320gr de peso y con un ancho de 1,7cm. «No me gusta trabajar las espigas delgadas, las anchas me parecen mucho más especiales y sofisticadas», asegura Borja. El resultado ha sido un chaqué con las tres piezas del mismo tejido y color. Además, Fernando encargó una blazer del mismo tejido para así tener un traje tres piezas. «Este hecho permite amortizar muchísimo más la inversión».
El primer paso fue tomar medidas y elegir todas las customizaciones para que la prenda de Fernando fuese lo más real a lo que tenía en su mente. Un mes después, fue la primera prueba con sus correspondientes modificaciones; pasados 15 días, hicieron los afinados y una última prueba, dos días antes de la boda.
«Para mí, la tranquilidad y sensación de orgullo que produce saber que la prenda que está saliendo de la sastrería está perfecta, es indescriptible», me cuenta Borja. «Las palabras de agradecimiento de Fernando el mismo día de su boda y el buen feedback al día siguiente con el éxito que tuvo su prenda entre los invitados, son los alicientes que hacen que sigamos esforzándonos para que cada novio luzca impecable un día tan señalado».
Todas las fotos son de Assiah Alcázar.