Casilda se casa

La boda de Gabriela y Román en L’ Empordà

Gabriela Comella es la diseñadora y fundadora de la firma de accesorios Gabriel for Sach. Como su firma, ella tiene un estilo ecléctico y muy genial. Se casó el año pasado con Román, arquitecto, que creó hace tres años un estudio en Barcelona llamado RRIO. Supe, desde que me enteré de que se casaban, que iba a ser una boda muy cool.

La madre de Gabriela es la diseñadora Gema Sach y fue la encargada del vestido de novia. Era muy sencillo, minimalista, asimétrico y lo acompañó con unos zapatos con cintas de Stella McCartney. 

Los pendientes eran un diseño también minimalista de Montse Esteve. El anillo de pedida fue un diseño del novio que produjeron en Joyería Ramón. 

Para el maquillaje y peluquería confiaron en Salón Toro, uno de mis sitios favoritos en Barcelona.

Como dicta la tradición en Cataluña, Nacho, el hermano del novio, llevó el ramo a la novia y le leyó un poema.

En casa del novio hicieron lo mismo y, las amigas de la novia, fueron a leerle un poema momentos antes de la boda.

Se casaron en una finca familiar en el Empordà, Girona. La ceremonia, oficiada por un amigo de la familia, tuvo lugar en un olivar, en una parte de terreno que formaba un pequeño anfiteatro de árboles fue donde se sentaron los asistentes en sillas, pufs de tela de saco y alfombras. «Toda la decoración fue cosecha propia una mezcla de nuestras profesiones y adicciones. No queríamos tanta decoración sino que nuestra intención fue intervenir el espacio», explican. «Para el altar pedimos a un grupo de amigos que nos lo diseñaran. Todos ellos eran arquitectos y diseñadores por lo tanto estábamos en buenas manos. El montaje era sorpresa y no lo vimos terminado hasta el día antes. Habían diseñado un atril de hierro, ligero y de líneas muy limpias, que iba rodeado de olivo, unos taburetes hechos de barro con sus nombres grabados y una cortina de varillas de corten que envolvía el espacio.» Las flores fueron todas de Items Baobab.

El novio llevó un traje de Bel y Cía y zapatos de Alden. Prestaron mucha atención a la música, el novio entró con Pink Floyd y la novia con María Callas.

El concepto de la boda fue idea de Román. Empezando por el campo de maíz donde tuvo lugar la cena. Decidió cortar una parte del campo e iluminar la estructura de riego. Parece sencillo pero fue un trabajazo y un intento de art land. Las mesas estaban en pleno campo de maíz en el que los elementos que lo rodeaban, como la estructura agrícola que regaba el campo, crearon un espacio natural. «Tuvimos que convencer al campesino que nos dejase recortar su campo y avanzar la cosecha. Además a Román le fascinaba la estructura agrícola que regaba ese campo, un brazo pivotante de 200 metros. Una vez finalizada la cena, el pivote empezó a regar creando una nube de agua y luz que los invitados podían divisar desde la fiesta», recuerdan.

El catering que sirvió la cena fue Cabell d’ Àngel con postres de Marta LemonPie.

«El mejor momento de todos para mí fue cuando Román, su hermano Nacho y su amigo Jaime me sorprendieron tocando en el aperitivo Green Eyes de Coldplay y Baba O’ Riley de The Who», recuerda la novia.

Para bailar Gabriela se puso unas botas rojas de Gema Sach

Las fotos son de Alejandra Ortiz y el vídeo de Marc Morera.

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