S.O.S Ex
Escribir este post es arriesgado. Casilda puede parecer Ragazza, pero creo que es necesario contestar a L. Además me han planteado este tipo de situaciones en más de un e-mail, han sentido el mismo atoramiento amigas cercanas, compañeras de trabajo e incluso yo he vivido algo parecido. Las bodas están llenas de desencuentros de ese tipo (llamalo ex novio, ex marido, ex suegras o ex amigas) y hay que estar a la altura.
Querida Casilda,
En breve se casa una de mis mejores amigas. Nada de esto se saldría de lo normal si no fuera porque en la boda coincidiré, después de varios años, con uno de esos hombres que hay que ser muy mujer para olvidar… Primeros amores, ya sabes.
El caso es que estoy un poco estresada con «el look perfecto»: vestido, zapatos, peinado, complementos y todo en general. Va su novia actual, es guapísima y yo voy sola.
Te adjunto una foto de mi vestido ¿Tú cómo lo ves? ¿Me podrías dar tu sincera opinión?¿Demasiado tutti frutti? Te lo agradecería infinitamente.
Gracias de antemano
L
He pensado que algunas recomendaciones obvias pueden inspirar a las que estén atascadas en ese su día D. Ningún consejo es especialmente original, se trata de poner un poco de sentido común, pero es verdad que, en estas ocasiones, esa virtud puede brillar por su ausencia y leerlo en un post puede que os ayude algo. O puede que no.
1-Perfila un nuevo sexy. No te abandones al mix escotazo-minifalda en pos del vestida para matar. Esas cosas se notan, así que mejor escoge e invierte en un escote discreto (en la espalda es la mayor debilidad de El Guardián), en un vestido que te haga buen tipo, un color favorecedor o conseguir una buena cara. Ir apretada o corta, no mola.
2-Elige estar guapa antes que ir extravagante. Nos encantan los turbantes y los sombreros con plumas nos parecen preciosos, pero ese día, no es el día. En general, es difícil que un accesorio así favorezca más que un pelo al natural, y además pueden producirte cierta inseguridad (que si se cae, que si te chocas al saludar…). Ese día invierte en un pelo brillante y déjate de líos.
3-No vayas cargada con cosas. En el afán por llevar chaqueta por si refresca, hilo por si se rompe el vestido, maquillaje para parar un tren o chicles, podemos complicarnos la existencia. Deja el cargamento en el coche o convence a un amigo para que te guarde las cosas fundamentales en los bolsillos. Cuantas menos cosas tengas que coordinar mejor. Eso si que no se te olviden zapatos de respuesto, no hay nada menos estético que acabar bailando con las alpargatas que está tan de moda regalar en las bodas.
4-Apuesta por tener un aspecto saludable. Si en algo has de invertir es en tener buena cara, las piernas con buen tono, los dientes blancos: en definitiva por estar guapa. Eso es lo que te hace brillar y no una flor gigante en la cabeza, ni un vestido fucsia a presión. La cara y la sonrisa es lo que cuenta, estéticamente hablando.
5-Los experimentos, con gaseosa. No intentes el día de antes un corte nuevo de pelo, ni te des caña de azúcar si nunca has probado, no decidas ir a una peluquera nueva, ni te depiles el bigote. Parece obvio, pero el nerviosismo del día previo puede traicionarte y hacerte responder «sí» cuando querías decir «no» a la peluquera que te propone un tupé rompedor.
6-No te excedas en maquillajes o peinados. Laca, colores irisados, un exceso poco habitual en ti…no gracias. Aparecer con rizos de caniche cuando lo tienes como una tabla (yo lo hice) o con una boca roja pasión cuando no te maquillas jamás puede ser arriesgado por no decir catastrófico. Cuanto más cerca vayas de tu aspecto habitual, mejor.
7-Cuida el interior. En el momento de meterse en un mono o un vestido con espalda al aire suele haber un problema con la ropa interior de diario. Cuida mucho que no se te salga el sujetador, que no se te vea por la espalda el cierre, que no se te marque nada y por supuesto que ya que estás, te mejore la silueta. Una faja no es ninguna tontería aunque nunca reconoceré en público habérosla recomendado. Prepara el interior tanto como el exterior. Es clave.
8-No llores, aunque quieras. Ni de emoción, ni de ilusión, ni de pena. No llores. Ya sabemos que es emocionante que tu amiga se case, que hayas bebido de más, que la canción del vals te recuerde a algo. Pero no llores, porque se te estropeará el maquillaje, darás pie a interpretaciones y puede que no sepas parar. Mejor no empieces.
9-No es tu día, es el de la novia. Así que cada vez que pienses en tí, piensa en ella. Se educada, no des mucho la murga al resto, no llames la atención. Se tu misma, nada de fingir ligar, ser la mas bailonga, reírte muy alto y por supuesto no ser la borracha de la boda. Es clave.
10-En el momento del vals. Es un momento fundamental y debes llevarlo preparado: no esperes que llegue un príncipe azul a sacarte a bailar ni te quedes ahí mirando, o lo que es peor, llorando. Mejor aprovecha para ir al baño a retocarte o para ir pidiendo una copa en la barra como el resto de solteros.
Seguramente todo salga al revés. Critiques a la novia de tu ex en el baño y te oiga, te tropieces al lado de tu amiga con la que no terminaste bien o como dice una amiga «tiembles tanto cuando le veas, que tengas que tirar el 56 piti que te estés fumando para que no note que te tiembla la mano». Así que prepárate para improvisar y ríete un poco de tí misma. Este día también pasará.