Casilda se casa

La boda de Graciela e Ignacio

Graciela e Ignacio se casaron hace un año en Madrid. Ahora viven en México, donde vivirán también mi hermana y mi cuñado próximamente, así que me hace especial ilusión enseñaros las fotos que hicieron en Click 10 de su boda.

El vestido de Graciela era de Jorge Vázquez. Me cuenta que tenía las cosas claras en cuanto a organización de la boda, pero del traje sólo sabía que quería que fuera lo más normal posible, sin ningún cinturón ni nada extra. Así que de todos los diseñadores a los que fué, escogió a Jorge porque le dio confianza. “La que de verdad me ayudó, fue mi hermana pequeña, Lucía, que me conoce mejor que yo, ella era la que iba dando los toques especiales para que el traje no quedara soso”, me cuenta Graciela.

El peinado y maquillaje corrió a cargo de Ramón Ríos. Al principio iba a llevar el pelo más suelto pero cómo el vestido terminó siendo con la espalda abierta, decidieron recogerlo sobre la marcha. En la cabeza llevaba una diadema de margaritas, de brillantes y perlas, que le prestó su tía siguiendo con la idea de que quería de un look de novia muy sencillo. Llevó también unos pendientes muy pequeños y una cruz que le regaló una amiga, diseñada por ella, pero que no pudo ir a la boda.

Como dice Graciela, el sitio de la celebración fue lo que hizo que todo fuera perfecto. Se casaron en el Palacio El Rincón. Un lugar tan bonito que no fue necesario excederse mucho en la decoración.

“Al tener varios espacios para las distintas cosas era muy cómodo. Yo nunca pensé en casarme al aire libre, pero la ceremonia en el jardín, con todos los invitados cerca, lo hizo muy muy especial. Mi tía Maria Churruca se encargó de la decoración del altar y de los centros de detrás, para que diera la sensación de un espacio “cerrado” y no que siguiera lo verde y más verde”, explica Graciela.

El chaqué de Ignacio, el novio,  se lo encargó en Suitz. “Son buenos amigos nuestros, lo hicieron fenomenal. Sobre todo porque el novio meses antes de la boda estaba viviendo en México y no tuvo mucho tiempo para probarse el chaqué», me cuenta Graciela.

La cena fue en la explanada del jardín de los madroños y hortensias, rodeada de árboles. La iluminación corrió a cargo de La Fiebre, y quedó muy natural y romántica. De los centros de mesa se encargaron Fransen et Lafite.

Por último Graciela me cuenta muy agradecida que Tamara Falcó, que es muy amiga suya, fue un gran apoyo e increíble asesoramiento en todo lo que hicimos para organizar la boda.

Y por último, la zona del baile en el patio de las caballerizas. Ignacio en su tiempo libre es DJ y ha pinchado en miles de bodas y a Graciela le encanta la música. Así que la mesa de DJS tenía que ser algo especial y La Fiebre lo hizo a la perfección.

No hubo un único DJ sino que por esa mesa pasaron dos de los cuñados de los novios, Jacobo el hermano de la novia, Ignacio, por supuesto, y la sorpresa fue que DJ Nano amigo de Jacobo el hermano de la novia, apareció cumpliendo uno de los sueños de Graciela.